“Nuestra Señora se apareció un día a Santa Gertrudis cubierta con un manto, bajo el cual, como en un lugar de refugio, había una tropa de bestias feroces, como leones, tigres, osos y leopardos. Estaba tan lejos de ahuyentarlos que, por el contrario, les dio unas palmaditas en la mano y los recibió con gran piedad y conmiseración. Por esta visión el santo comprendió que los mayores pecadores, cuando recurren a María, son salvados por sus oraciones de la destrucción eterna. Entremos, pues, en esta Arca; ocultémonos bajo el manto de María: allí encontraremos vida y salvación”.
Este extracto de "Las Glorias de María" escrito por San Alfonso de Ligorio es un gran recordatorio para los niños de que Dios y su Santísima Madre quieren que recurramos a ellos *siempre*. A veces los santos pueden parecer inaccesibles, pero Mamá María te ama y quiere darte un abrazo, incluso si estás siendo una pequeña bestia.